El deterioro de la actividad económica obliga al Gobierno a retocar la senda de consolidación fiscal

El Consejo de Ministros aprobó el pasado viernes 2 de marzo el nuevo cuadro macroeconómico para 2012, que recoge una contracción del PIB del 1,7%.

Esta previsión es más realista que la que contemplaba el Programa de Estabilidad 2011-2014 (+2,3%) y está en sintonía con las de las principales instituciones internacionales, que, ante el fuerte empeoramiento del panorama a medio plazo, también han revisado recientemente a la baja sus previsiones. Así, el Banco de España y el FMI prevén un retroceso del PIB del 1,5% y del 1,7%, respectivamente; la CE es algo más optimista (-1%).

Con esta coyuntura recesiva, y tras la intensa desviación del déficit en 2011 (8,5% del PIB, 2,5 puntos por encima del objetivo inicial), el Gobierno ha optado por suavizar el objetivo para este año: 5,8% para el conjunto de las AA.PP., frente al 4,4% que recogía el Programa de Estabilidad

No se trata de un incumplimiento del compromiso de reducción del déficit, sino una adaptación ante unas circunstancias que no son las que se habían estimado inicialmente y que han llevado a un déficit cíclico muy superior. Así, sin renunciar a rebajar, según lo previsto, el déficit estructural (hasta el 3,5% del PIB este año), el empeoramiento del escenario de crecimiento (el Programa de Estabilidad preveía un aumento del PIB del 2,3%), triplicará el déficit cíclico, que, según nuestras estimaciones, podría ser de hasta un 2,7%, y ello debe tenerse en cuenta a la hora de exigir una reducción del déficit público total

En la actual situación de extrema debilidad económica, cumplir con el objetivo de déficit total que se había establecido en el Programa de Estabilidad llevaría a la economía española a una profunda contracción, que, además, impediría la propia consecución del objetivo de déficit, dado que afectaría muy negativamente a la recaudación impositiva

En cualquier caso, cumplir con el objetivo de reducción del déficit estructural al 3,5% del PIB va a suponer un fuerte esfuerzo de consolidación y sacrificios


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