Actualidad
En 2013 se prolonga el fuerte ajuste de la actividad y el empleo, según el Banco de España
El pasado año la economía española intensificó la senda recesiva, especialmente en el segundo semestre, como consecuencia del intenso debilitamiento de la demanda interna, derivado del aumento de las tensiones en los mercados financieros, el prolongado deterioro del mercado laboral, el progresivo empeoramiento de las expectativas y la necesidad de intensificar, tanto el desapalancamiento de empresas y familias como el proceso de consolidación fiscal. Por su parte, la demanda externa fue perdiendo impulso a medida que se frenaba el dinamismo de nuestros socios europeos. En consecuencia, el retroceso medio del PIB en 2012 fue del 1,4% (+0,4% anterior).
CUADRO MACROECONOMICO | ||||
a/a /%) | 2011 | 2012 | 2013(p) | 2014(p) |
PIB real | 0,4 | -1,4 | -1,5 | 0,6 |
Consumo privado | -1 | -2,1 | -3 | -0,3 |
consumo publico | -0,5 | -3,7 | -4,4 | -1,5 |
Formación Bruta de capital Fio | -5,3 | -9,1 | -8,1 | -0,9 |
Bienes de equipo | 2,4 | -6,6 | -5,6 | 1,4 |
Construcción | -9 | -11,5 | -10,1 | -2,5 |
Demanda externa | 2,3 | 2,5 | 2,8 | 1,2 |
Exportaciones | 7,6 | 3,1 | 3,8 | 5,4 |
Importaciones | -0,9 | -5 | -4,9 | 2 |
Inflación | 3,2 | 2,4 | 1,8 | 1 |
Tasa de paso | 21,6 | 25 | 27,1 | 26,8 |
Saldo de las AA.PP (% s/PIB) | -9,4 | -10 | -6 | -5,9 |
Cap. O nec. Financiación (% s/PIB) | -3,2 | -0,2 | 2,5 | 3,5 |
Previsión Banco de España |
Según el Banco de España, el contexto sigue marcado por la debilidad y la incertidumbre, sobre todo por las dudas sobre la resolución de la crisis en la eurozona, acrecentadas tras el episodio de Chipre. En el ámbito interno, aunque está inmersa en un proceso de profundos y necesarios ajustes, que están lastrando el crecimiento en el corto plazo, la economía española podría haber dejado atrás la fase más aguda de la recesión. A este respecto, la contracción del PIB se irá moderando a lo largo de 2013, lo que, unido a la paulatina recuperación de las exportaciones, permitirá al PIB estabilizarse en el tramo final del año, para iniciar una senda positiva en 2014. Por tanto, la caída del PIB este año será similar a la de 2012 (-1,5%), mientras que la recuperación en 2014 será muy suave (+0,6 %).
Estas previsiones son más pesimistas que las del Gobierno, que estima una ligera caída este año (-0,5%) y una recuperación más intensa en 2014 (-0,3%), pero están en sintonía con las nuestras (-1,5% y +0,7%, respectivamente) y las del consenso de los analistas privados. Por su parte, los organismos internacionales también se mueven en el mismo sentido: CE (-1,4% y +0,8%), OCDE (-1,4% y +0,5%) o FMI (-1,5% y +0,8%).
La demanda interna intensificará su contracción y detraerá en 2013 4,2 puntos al crecimiento del PIB, el peor registro en cuatro años (-3,9 puntos en 2012), arrastrada por todos sus componentes:
El gasto de las familias seguirá condicionado por el impacto de la política fiscal contractiva, la contención de las rentas salariales y la destrucción de empleo (un 3,8% este año y un 0,6% el próximo), lo que mantendrá la tasa de paro en el entorno del 27% de la población activa; de hecho, hasta bien entrado 2014 no se creará empleo. Según el Banco de España, este panorama tan negativo para el mercado laboral podría moderarse con una aplicación más efectiva de la última reforma laboral, la adopción de medidas adicionales en este ámbito o avances en el terreno de las reformas estructurales.
El ajuste fiscal afectará al gasto de las AA.PP., tanto en la partida de consumo (-4,4%) como en la de inversión (los Presupuestos de las distintas Administraciones para veste año prevén una caída de en torno al 20%).
La inversión en vivienda continuará registrando caídas en 2013, del entorno del 10% (el sexto descenso consecutivo), en línea con el intenso deterioro de los visados en el 2S12, lo que se traducirá en un número muy reducido de viviendas iniciadas.
La inversión productiva se verá lastrada por la atonía de la demanda interna, el escaso grado de utilización de la capacidad productiva y las condiciones de financiación restrictivas, de modo que seguirá cayendo este año con fuerza (-5,6%
Por lo que respecta a la demanda externa, su aportación al crecimiento seguirá siendo positiva (2,8 puntos, tres décimas más que el pasado año y la mayor desde 2009), gracias al fuerte retroceso de las importaciones (-4,9%), en línea con la debilidad de la demanda interna, y al repunte de lasexportaciones (+3,8%), aprovechando la progresiva recuperación de los mercados internacionales, a lo que se añaden las ganancias de competitividad de nuestros productos y el aumento de nuestra base exportadora.
Por su parte, se seguirán corrigiendo los desequilibrios de la economía:
La inflación se mantendrá en niveles reducidos (1,8% este año y 1% el próximo), gracias a la contención de los costes laborales y la moderación de los márgenes empresariales, en un entorno de debilidad de la demanda, siempre y cuando no se produzcan nuevas subidas de impuestos o de precios regulados.
La economía generará los próximos dos años capacidad de financiación exterior, equivalente al 2,5% y el 3,5% del PIB, respectivamente. Esto será, gracias a la reducción del déficit público, junto con la capacidad generada por el sector privado, tanto hogares como, sobre todo, empresas.
En el caso de las cuentas de las AA.PP. su déficit se mantendrá en el entorno del 6% del PIB en 2013 y 2014, siempre que las medidas fiscales temporales que deberían desaparecer el próximo año (gravamen temporal del IRPF, patrimonio, reducción de deducciones en el Impuesto de Sociedades, que suponen, en conjunto, cerca del 1,2% del PIB) se mantengan; en caso contrario, el déficit retomaría la senda ascendente.
Estas proyecciones están sujetas a un elevado grado de incertidumbre, dados los riesgos existentes. Por un lado, el crecimiento se vería afectado negativamente por (i) un posible retroceso en el entorno financiero de la eurozona, o (ii) la posibilidad de un ajuste fiscal más exigente. En sentido contrario actuarían (i) la profundización de las reformas estructurales, (ii) nuevos y más rápidos avances en la recuperación de la competitividad, o (iii) la recuperación de la confianza de los inversores en la economía española.