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La inflación repuntó en 2012, impulsada por la fiscalidad
La inflación cerró 2012 en el 2,9% (2,4% el año anterior), fruto, básicamente, del repunte del precio de los alimentos, junto con el impacto de algunas medidas sobre los productos farmacéuticos (copago) o la enseñanza (subida de las tasas universitarias). Por su parte, la inflación media anual se redujo hasta el 2,4%, desde el 3,2% en 2011.
En cualquier caso, las actuales tensiones inflacionistas se explican, exclusivamente, por el impacto de la subida del IVA, que entró en vigor el pasado mes de septiembre. En este sentido, el IPC a impuestos constantes (IPC-IC) cerró el año en el 0,9%. Si además de la carga impositiva excluimos los elementos más volátiles (energía y alimentos frescos), la inflación se encuentra prácticamente estancada (0,3%), algo más acorde con un entorno caracterizado por la extrema debilidad de la demanda.
El diferencial con la UEM se situó en 0,8 pp, el peor cierre en cinco años (-0,3 pp en 2011)
Por lo que respecta a la inflación subyacente, cerró 2012 en el 2,1%, seis décimas por encima del año anterior, aunque es algo inferior a los máximos en cuatro años alcanzados en octubre (2,5%).
Dado que se mantiene una elevada capacidad productiva ociosa y persistirá la debilidad del gasto interno y la moderación salarial, la inflación mantendrá una senda descendente a lo largo de 2013 hasta concluir en el entorno del 1,5% (2% de media). Además, en el tramo final del año se corregirá el escalón introducido por la subida del IVA.